La única persona que puede cuidarte eres tú mismo.
Hoy hace 10 días que regresé de mi viaje de trabajo a Cancún y de cierta manera, ese viaje marca mi ANTES y DESPUÉS de lo que puede considerarse “mi reinserción a mi vida como lo era antes de iniciar el tratamiento” hace prácticamente 19 semanas…
Previo al viaje llevaba 2 meses que poco a poco había comenzado a regresar a mis labores en el negocio y a dedicarle un poco más de horas a mis hijos, aunque no llegaba a estar ni a un 50% de como estaba antes de involucrada, de lo que era la Gaby con los atracones.
Cuando comencé con el tratamiento y como de seguro, si has leído un poco sobre el tema de cualquier tipo de recuperación sobre desórdenes mentales o de alimentación, es muy aconsejable que toda tu energía, tiempo, esfuerzo esté enfocado precisamente en eso, en tu recuperación. Por lo que prácticamente, aunque nunca estuve internada como tal en una clínica de rehabilitación (ya que mi tratamiento fue de manera ambulatoria por medio de enfermeras) yo tenía supervisión médica por así decirlo las 24 horas, los 7 días de la semana y todo mi foco era NO TENER ATRACONES. En eso estaba 100% enfocada.
Mi meta, comida tras comida, día tras día, era NO TENDRÉ UN ATRACÓN.
Debido a la medicación (Alprazolam) podía llegar a estar tan adormilada que había días incluso que dormía hasta 15 horas en un día.
A partir de mediados de marzo, cuando comencé a despertar de mi letargo logré empezar a trabajar ya de cierta forma como “medio día” … pero no fue hasta este regreso del viaje a Cancún que, como decimos en México “de golpe y porrazo” tomé la responsabilidad. No solo como mamá (de ser más equitativa en las actividades con mi esposo, por ejemplo, yo llevar al niño mayor a la escuela, que es el que entra más temprano, encargarme de la tarea de uno de mis hijos y mi esposo de otro), llegar todos los días temprano al negocio (durante todo lo que iba del tratamiento tuve mucho ausentismo, días que llegaba a medio día, solo trabajaba un promedio máximo de 4 horas por días, etc.).
De cierta forma, todo lo anterior que te describo, al platicárselo a la psicóloga se puede decir que es como si hubiera salido de un centro de rehabilitación (a pesar de no haber estado formalmente en uno) y ella me comenta que es la parte más difícil de un adicto. No el tratamiento que llevan a cabo dentro de un “ambiente controlado” sino el salir a la VIDA REAL, y enfrentar el mundo, ya que yo le comentaba con lágrimas en los ojos que he tenido un par de “recaídas” y ella me comentaba que no debía considerarlas de esa forma…
El jueves 23 de mayo en una reunión con mis amigas, que por cierto fue una reunión bastante amena, simplemente por distracción tuve un ataque de bulimia, no producto de ansiedad, simplemente cuando me di cuenta ya había comido tanto que mi cuerpo incluso me pedía vomitar, sentía asco por la cantidad de alimento que había ingerido.
El último atracón lo tuve el domingo 26 de mayo.
En mi Ciudad natal, Monterrey Nuevo León México, uno de los equipos Locales de futbol soccer, los Tigres de la UANL habían pasado a la final y jugaban vs el León… estaban unos amigos en la casa; yo ya tenía un acuerdo con mi amiga, “mi alma vieja” (de la que ya he hablado en varios posts) de hablar por teléfono con ella cuando esté en estado de ansiedad para evitar tener atracones… estaba al teléfono con ella con mis manos libres, incluso ella me tenía en mute y yo no tenía interacción con ella. Solo era sentir su presencia, de cierta forma estaba siguiendo el último consejo que mi ex psiquiatra me dio: “El atracón – vómito es una conducta que se deriva de una emoción; la emoción no la puedes evitar pero si la conducta como respuesta a la emoción, recuerda que se trata de no caer en la conducta a pesar de la emoción, por lo tanto lo importante es evitar la conducta de cualquier forma o manera, simplemente no obedecer el impulso, el candado que pusimos (con el tratamiento) fue tener enfermeras. Ahora tienes que encontrar esos candados que eviten la conducta y la técnica más sencilla es la distracción y el retrasar el impulso. Te propongo que esa función la tenga tu amiga”.
Todo estaba de cierta forma controlado hasta que mi esposo me pidió que colgara el teléfono y regresó la Gaby “reactiva” y por enojo / coraje me puse a comer y corrí a tener un atracón (después de haber colgado la llamada).
Al platicarle todo esto el pasado lunes a mi psicóloga, el consejo que me dio es que aunque a mi no me guste comparar mi padecimiento con los Alcohólicos Anónimos (¡creo que ya lo he mencionado a manera general en algún post, pero posteriormente puedo dedicar todo un post a esto!) es que requiero tener una especie de “padrino” como los AA. Hago la aclaración que “algo parecido” ya que en AA, un padrino es alguien que ya fue alcohólico, que ha estado sobrio por un buen tiempo, que ya ha trabajado todos los pasos, comparte experiencias personales, además de brindar fortaleza, esperanza, en lugar de solo dar opiniones; se convierte en tu confidente, al final para las personas de AA un padrino termina siendo una persona que incluso te conoce más que lo que tu te conoces a ti mismo, alguien que sabe todo lo hay que saber de ti y continúa preocupándose por ti.
Debido a que mi situación de “padrino” es diferente (de entrada, porque mi padrino no sería una persona que ha tenido el mismo padecimiento que yo, ni alguno similar). Yo no requiero solo una persona (como de cierta forma ya la tengo, con mi amiga, “mi alma vieja”) sino que debo de tener varias personas con las que pueda apoyarme, ya que mi amiga no siempre estará disponible para mi (por su trabajo, ella también debe de dormir, vive en otra ciudad, además mi situación si puede ser muy desgastante etc.) por lo que si es importante que al menos cuente con unas 4 personas con las que yo pueda apoyarme para poder marcarles cuando me encuentre en una crisis de ansiedad y sobre todo, también es importante la diversidad, porque en algunos casos pudiera ser que la crisis que esté teniendo sea debido a algún mal entendido o disgusto precisamente con alguno de mis propios “padrinos” (ya que a diferencia de los AA, aquí no serán personas desconocidas unidas principalmente por el padecimiento, sino que la conexión va precisamente por un vínculo de amistad, de amor, como el caso de poder contar con esposo, mi amiga, amigos con los que, por el mismo tipo de relación tan personal es más propenso el que pudiera llegar también a darse el caso que tuviera alguna discusión o pelea con ellos y que eso derive mi ansiedad/ganas de querer tener un atracón).
Debo admitir que si estoy un poco nerviosa en “buscar a mis padrinos” porque me siento un poco boba… acercarme con algún amigo o amiga y decirle “¿Quieres ser mi padrino/madrina?”, el definir/explicar los límites, funciones, la responsabilidad con la que puedan sentirse, que tanto tiempo crean que deban estar disponibles para mi… después te contaré como va evolucionando esta parte.
Cambiando un poco el tema te cuento que justo ayer, que elegí la foto y título para el post que escribiría el día de hoy, estuve pensando mucho en lo que he pasado en las últimas semanas y me doy cuenta de que estoy en un punto en que no puedo abarcar de más. Es injusto para mi dividirme en tantas partes. No debo ponerme cargas de más.
No puedo exigirme ser “la mamá perfecta”, “la empresaria perfecta”, “la amiga perfecta”, “la persona que siempre estará para escuchar”, “la pareja perfecta”, si comienzo en esta carrera voy a terminar no solo perjudicándome, sino perjudicando a mis hijos, a mi familia. En estos momentos no estoy en posición de hacer ninguna promesa a nadie que no sea a mí misma, que es la de SANAR POR COMPLETO.
Mientras yo esté bien SE que mis hijos estarán bien y todo lo demás se irá dando, así que, de nuevo Gaby, como en cada uno de los últimos posts debo recordarte: “te quiero mucho, estás segura conmigo, déjame cuidarte, sabes bien que nadie podrá cuidarte mejor que yo, nadie podrá quererte mejor que yo”.
YOU ARE SAFE WITH ME. Ten FE y trabajemos duro por conseguir la sanación total. Día a Día buscando el COMO SI…
“Everything is Possible, the Impossible just takes longer” – Dan Brown