Como fue parte de mi infancia y juventud…
¡Saludos de nuevo!
Hoy amaneció en mi querida ciudad lloviendo… un día bastante ad hoc para ver caer las gotas de agua y pensar… quedarme en cama reflexionando sería lo ideal, pero después de tener 15 semanas muy desconectada del negocio ya no puedo seguir faltando más, mi ausencia ha impactado desde el día 1… especialmente en las ventas, sobre todo porque sencillamente no logro aún estar en ese grado de pasión e intensidad que solía definirme, y aunque acudo al negocio me quedo ausente, no logro aportar como lo hacía antes.
También como mencioné en el post pasado, acabo de pasar por una cirugía, el viernes 3 de Mayo me operaron… cambio de implantes de busto y corrección de la diástasis de los rectos abdominales (esto último es causado en gran parte por embarazos). Apenas vi al doctor el pasado 25 de Abril y a los 8 días ya me estaba operando.
En cuanto le platiqué a mi Mamá de la operación dijo de inmediato que sí, y me recordó “para mi lo importante es que te sientas contenta, que estés feliz y regrese tu nivel de energía que tenías antes”.
Mi madre siempre ha estado preocupada por mi… desde el embarazo cuando tuvo amenaza de aborto, cuando lesioné 2 de sus costillas a raíz de una patada aún estando en su vientre…
Fui una niña muy rebelde, inquieta que le ocasionaba bastantes dolores de cabeza a mi Mamá con las llamadas de atención por parte de las maestras; además desde los 3 años aproximadamente siempre buscando la manera de conseguir lo que quería, viviendo la dualidad desde ese entonces, la nieta favorita de mi abuelo paterno y el rechazo del materno.
Desde que tengo consciencia he cargado con la frase de “tu viniste a este mundo a hacer algo muy grande” impuesto por mi Mamá, (por cómo fue su embarazo, teniendo el DIU y todos los problemas que pasó en el… mi mamá cuenta que desde antes de nacer ya era una persona muy aguerrida y luchando por conseguir mis objetivos).
En la escuela siempre fui comparada con mi hermana mayor, “tu hermana era ¡TAN DIFERENTE A TI!” teniendo varios reportes de conducta, continuamente los maestros cambiándome de lugar, por lo platicadora, como distraía a mis compañeras, etc.
Siempre amé comer, disfrutaba realmente la comida, pero no fue hasta la edad de 7 años que comencé a aumentar mucho de peso, tomando comida a escondidas en mi casa, bajando de nuevo a la cocina cuando no había pasado ni 1 hora que había terminado de comer.
En ese momento fue cuando comenzaron los verdaderos problemas en torno a mi cuerpo; idas interminables con distintos nutriólogos, mientras yo “saboteaba” cada intento de mi mamá por hacer que adelgazara. cuando me enojaba con ella, era mi extraña forma de hacerla enojar (rompiendo la dieta, comiendo de más); adicional en el colegio me fui aislando cada vez más conforme mi peso fue en aumento, a tal grado que para 6o de primaria (a la edad de 10 años) lloraba a la maestra para que me permitiera quedarme en el salón y no tener que convivir en el descanso con nadie, prefería estar sola con mi comida.
Finalmente, a la edad de 11 años mi Mamá “dio en el blanco” encontrando a un médico Bariatra con el cual conseguí bajar casi 30 kg de peso a lo largo de 2 años.
Después de la baja de peso vino otro gran problema: la flacidez en mi piel, por lo cual viví toda la preparatoria (de los 15 a 18 años) esquivando a los muchachos que les gustaba “picar” las costillas porque tenía un gran trauma con mi cuerpo… aún recuerdo que nunca podía estar con blusas sin manga por la misma flacidez de mis brazos.
Al bajar tanto de peso de patito feo me había convertido en cisne… pero nunca pude dejar de verme como un patito feo.
A los 16 años tuve mi primer beso, ¡si, a un chico le gusté! Y cuando corrí a contarle a mi mamá toda emocionada fui catalogada como “puta” prácticamente incluyendo en sus comentarios “espero que no me salgas con domingo 7” (frase que se dice, al menos aquí en México para decir que puedes salir embarazada).
Y así como ese comentario de mi madre vinieron muchos más siguiendo la misma línea, ya que mi hermana mayor era (y sigue siendo) completamente mi opuesto… de hecho a mí me gusta describirla como “de la vela perpetua, rodilla sangrante” (haciendo alusión a las mujeres que viven en las iglesias en oración y caminando de rodillas al punto que éstas llegan a sangrar)
Justo antes de entrar a facultad (cuando ya tenía más de medio año con bulimia) mi mamá pagó la operación para una lipectomía y mis brazos… “¡ya no tenía que esquivar a los chicos!, sin embargo aún no me sentía en condiciones de tener libertad plenamente por cómo había quedado mi busto, siempre usaba brasieres push up con mil de relleno… cuando escuchaba historias de amigas que ya habían tenido gran actividad sexual yo pensaba “no puedo saber si las juzgaría, o estaría yo de acuerdo o no… ya que si yo no tengo mucha intimidad no es por un tema de principios, sino por la incomodidad que tenía con mis pechos”. (Solo “fajaba” con algunos amigos, pero jamás permitía que me quitaran el brasier, que me vieran los pechos)
En verano del 2002 mi madre me pagó una operación de aumento de busto, y una vez logrado eso, comencé en una “carrera” conmigo donde buscaba conquistar a la mayor cantidad de chicos (no para tener relaciones, o fajar) pero si conseguir al menos que nos besáramos. En ese entonces la psicóloga que veía me decía “tu defines tu valía en base a la cantidad de chicos que te besan” “no te consideras una persona AMABLE, y por amable me refiero por ser una chica que alguien quisiera amar”.
Mis arranques de impulsividad, el irme volviendo más explosiva, se fue agravando conforme fui siendo presa de la bulimia.
Adicional a los problemas que ya tenía, (siempre viví en una lucha con la báscula, y tal parecía que entre más subía de peso más chicos necesitaba conquistar para sentirte que valías); estaba el problema de mi desempeño escolar, para mi mamá nada era suficiente si no era un 10 perfecto… cualquier cosa por debajo de esa calificación lejos de felicitarme era “que fue lo que te faltó para sacar un 10”
Pero bueno, creo que este pequeño resumen sobre como viví mi infancia hasta facultad te puede dar una buena idea de como fue un poco la relación con mi madre.
Hoy ha llegado el día de ya no estar esclavizada con esas ideas del pasado, que si no obtengo ese 10 perfecto he fracasado, pero sobre todo el tomar como impulso y motivación y no como una gran carga la frase de mi madre: “tu viniste a este mundo a hacer algo muy grande”… creo que en todos estos años, en busca de esa “perfección” que pensaba que debía lograr en todo lo que hacía, he perdido la motivación principal que deben de tener todas las personas… que es el ser feliz… y creo que no existe un logro más grande en este mundo que ser felices, y lograr contagiar y motivar a terceras personas con nuestra propia felicidad.
Creo, por eso mismo, que ya estoy lista para soltar mi pasado y sobre todo pedirle perdón a la persona que más me ha querido en este mundo. Mi madre
A la ves es tan fácil ese despertar del ser que no entiendo que me regresa a mis viejas actitides