La “casa” SIEMPRE gana…a los ludópatas

A un año de mi última apuesta en casinos

Pues aquí estoy fumando un cigarro, armándome de valor para tocar un tema que la verdad yo creo que lo he hablado en proporción 5 a 100 a como he llegado a hablar de mi bulimia o algún otro de mis problemas que se me llegaron a convertir en obsesión / compulsión (como el sexo, que les contaré en otro post).

Este tema se me hace incluso un poco vergonzoso sobre todo por los estereotipos que existen en torno a la personalidad de un ludópata (para los que no estén muy relacionados con este trastorno, es aquella persona adicta al juego de azar y las apuestas). Siempre se relaciona a una señora, ya más cerca de sus 60, generalmente que ya no tiene hijos viviendo con ella, la típica señora “sin nada que hacer” que como en mi ciudad coloquialmente le dicen “se la pasa en las maquinitas todo el día” echándose su cigarro y tomando coca light.

Finalmente para cada trastorno existe un estereotipo (todos ellos completamente alejados de la realidad) como en el caso de los trastornos alimenticios, cuando la gente piensa en anorexia, bulimia, lo primero que se viene a la mente son adolescentes, cuando ahora pudiste ver conforme a lo que te presenté en mi último post, que es más común la prevalencia de la enfermedad en adultos que en adolescentes, y precisamente por culpa de todos dichos tipos de estereotipos es que mucha gente se queda sin buscar ayuda, por pena, por sentirse que ellos son la excepción a la regla de quien padece el problema.

Pero bueno, basta de sacarle la vuelta a la razón de este post. Debo comenzar por platicarte que no recuerdo la fecha exacta de cuando comenzó a convertirse en un problema, pero el auge de aperturas de los casinos en mi ciudad se comenzó a dar aproximadamente desde el 2004 y mis papás, así como algunos tíos del lado paterno y materno disfrutan tanto de jugar en casinos en la ciudad como de viajar cada año a Las Vegas.

En el 2008 – 2009 viví una época en la ciudad de México y estaba a 5 minutos de un casino de la cadena Caliente. Fue a partir de esa época que recuerdo que pasaba muchas de mis noches en el casino. Ahí solo aceptaban efectivo y mis papás no me enviaban dinero por lo que yo tenía que administrarme con mi sueldo para la renta, gastos personales, así como los viajes que trataba de hacer cada 15 días a visitar a mi familia (nunca logré adaptarme al estilo de vida de la Ciudad de México).

Durante ese periodo había terminado la relación con mi novio y me gustaba pasar casi todas mis noches en el casino.

En la empresa en la que trabajaba nos pagaban de manera mensual, recuerdo que hubo un par de ocasiones que llegué a acabarme mi sueldo apostando y en una ocasión un señor como de unos 60 años (que por cierto iba con su pareja) llegó a ofrecerme lo equivalente a $350 usd aprox. si tenía relaciones con el (aunque sonaba tentador obviamente ¡NO ACEPTE! Guácala) pero el hecho de solo haberlo considerado si me preocupó por un momento.

La peor crisis con el juego la tuve durante el periodo del 2010 al 2012, cuando yo tenía otro trabajo de regreso en mi ciudad natal (donde podía hacer home office, grave error), un sueldo mucho mayor y al casino al que iba aceptaban tarjeta de crédito.

Había noches que llegaba a perder hasta $2,000 usd aprox. pero además mi forma de jugar no es la típica de muchas señoras que disfrutan ver su juego, que hasta “soban la máquina” yo presionaba como desquiciada el botón indefinidamente, muchas veces sin ni siquiera enterarme cual fue la jugada por la cual la máquina tragamonedas me había pagado. Puede parecerles sin sentido, pero eso a mi me desconectaba del mundo, conseguía solo pensar en la jugada, disfrutar mi cigarro y NADA MÁS.

Cuando me embaracé de mi primer hijo seguí acudiendo al casino, y al retirarme a mi periodo de maternidad lo hice con una deuda aproximada de $5,000 usd en mi tarjeta de crédito, (la cual no me generaba angustia porque siempre la iba pagando cuando ganaba y/o con mi sueldo).

El problema vino cuando regreso de mi incapacidad de maternidad y me anuncian que ya no iba a continuar en la compañía; y no solo eso, cuando me presentan lo que me darían como liquidación, apenas eran $5,000 usd. Se me vino el mundo encima. ¿Como iba a decirle a mi marido que me había quedado sin trabajo y que encima no obtendría nada de dinero ya que justo lo que me darían yo lo debía en mi tarjeta por culpa de mi adicción al juego?

Dios es muy grande y nunca me ha dejado sola, me iluminó y le hablé a un amigo que me estuvo explicando el dinero que me debía de corresponder en la liquidación; además al hablarle a mi madre me enteré de que un pariente lejano pertenecía a la junta de conciliación y arbitraje (los que se encargan de apoyar a los trabajadores para asegurar que obtengan lo justo de los patrones en caso de despido).

Mi caso entró en revisión y resultó que, en efecto, habían calculado mal lo que me correspondía y terminaron dándome aprox. $12,000 usd. (monto el cual apenas mi esposo se está enterando con este post, nunca le había contado esta historia). Así yo liquidé mi tarjeta y con el resto pudimos administrarlo hasta que conseguí un nuevo trabajo meses más tarde.

Después de esa época obscura solo regresé a apostar cuando viajamos a Las Vegas en enero de 2017, durante diciembre de 2017 en mi ciudad y en otro viaje que hicimos en enero del año pasado.

Yo sé que la casa siempre gana, y de cierta manera la adicción al juego yo la veo como “una adicción controlable” (a diferencia del trastorno de alimentación donde debes de comer todos los días) no es mi intención dejar de apostar de por vida pero sí hice el compromiso de no volverme a parar en ningún casino de mi ciudad, (ya que al tenerlos a mi alcance puedo perder el control) pero si permitirme apostar “como me gusta” cuando viajemos a Las Vegas, que aunque viajamos solo 4-6 días, juego de tal forma que termina el hotel regresándonos en limousine al aeropuerto, regalándonos las noches de hotel etc pero debo confesarles que así me gaste $6,000 – $8,000 usd… para mi siguen siendo los mejores $6,000 gastados… hay gente que se compra bolsas de marca, a mi eso se me hace una estupidez, yo prefiero desconectar mi mente unos días al año estando pegada a una máquina 16 horas al día con mis cigarros y cerveza. Ese tipo de “desestrés” no tiene precio.

Aún recuerdo en estos momentos la sensación frente a las máquinas y no puedo evitar sonreír. Siempre será mi “guilty pleasure” (placer culposo) La foto que te comparto es precisamente de mi viaje a Las Vegas del año pasado.

Abrazo Afectuoso

2 ideas con respecto a “La “casa” SIEMPRE gana…a los ludópatas”

    1. Hola Lorena, gracias por escribirme… no se si leíste mi post “hablemos de números” pero el desorden alimenticio va muchas veces acompañado de otro desorden… en el caso de la bulimia (trastorno que yo padezco) incluso en un 95% de los casos es acompañado de otro trastorno… lo que te da la idea que el desorden alimenticio no es la causa del problema… sino un síntoma de algo más grave… un trastorno de ansiedad, trastorno de personalidad, trastorno de control de impulsos, etc… yo, ahora después de casi 20 años cuando miro en retrospectiva pienso que si me hubieran llevado con un psiquiatra que me hubiera diagnosticado correctamente desde hace años, talvez me pudieran haber tratado correctamente y no haber perdido tantos años con psicólogos ya que mi problema siempre necesitó atención psiquiátrica y medicamento, te mando un saludo, espero haberte ayudado un poco

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